MONTAR TU PROPIO CINE EN CASA: ¿PROYECTOR O TELEVISIÓN?
La idea de montar tu propio cine en casa resulta atractiva, pero seguro que una de las primeras dudas que te asaltan es si te conviene más hacerlo por medio de la instalación de un proyector o de una televisión de gran diagonal.
Cuando todavía no existían pantallas de la calidad y tamaño de las actuales, el proyector era una opción mucho más inmersiva y ganaba por goleada, pero ¿sigue esto siendo así en la actualidad? Lo primero que debemos valorar es el uso que le vamos a dar a los equipos, es decir, estará destinado únicamente a la proyección de películas y series o también lo utilizaremos para gamming y actividades deportivas…
Una restricción de los proyectores con respecto a los televisores es que hasta hace poco necesitaban de una sala dedicada en exclusiva con un control absoluto de la luz, sin embargo con los avances tecnológicos esto es un aspecto que va mejorando.
Motivos que nos desanimaban a comprar un proyector y que ya han sido resueltos.
Lo primero a lo que debemos hacer alusión es a la duración de las lámparas emisoras de luz, que generalmente no sobrepasaban las 1000 o 2000 horas reales de uso, siendo un recambio que salía caro en comparación con su vida útil. Esto nos hacía escatimar en su uso o gastar más dinero en períodos de tiempo más cortos.
Sin embargo, actualmente esto ha cambiado radicalmente, ya que ahora han llegado al mercado proyectores con sistemas de iluminaciñon basados en LEDs o láser con tiempos de vida útil que rondan las 20000 o 30000 horas.
Otro problema de los proyectores era el típico efecto rejilla, lo que hacía que se visualizasen los píxeles a distancias cortas y medias y ocurría con modelos HD y Full HD. Sin embargo ahora con las nuevas tecnologías con equipo DLP y resolución 4K esto no sigue ocurriendo.
Además cada vez es más frecuente encontrarnos con proyectores que vienen en packs completos con pantallas con rechazo a la luz ambiente, por lo que no nos obligan a tener que estar completamente a oscuras.
Ventajas de los televisores difíciles de superar.
Incluso con el láser y las pantallas de rechazo de la luz ambiental de los proyectores, los televisores son los reyes de la potencia luminosa. Si queremos usar la pantalla en una habitación que no podemos dejar del todo a oscuras (por ejemplo con ventanas que no dispongan de persianas), lo recomendable es decantarnos por una televisión de gran formato.
Incluso en situaciones de baja luz donde los proyectores pueden funcionar relativamente bien, los televisores nos ofrecerán mejor contraste y sobre todo una mayor calidad en el alto rango dinámico o HDR si optamos por un modelo OLED y LCD FALD con muchas zonas de control.
Los televisores superan además las 30000 horas de duración de los proyectores, lo que nos garantizan décadas de buen uso y luminosidad.
Sin embargo, los proyectores también tienen ventajas difíciles de superar.
Muy bien, entonces el televisor parece mejor opción. Pues depende. Si buscamos una diagonal por encima de las 90 pulgadas nuestra elección seguirá estando limitada a los proyectores, salvo que contemos con un norme presupuesto y podamos optar por tecnologías como Micro-LED que deberían empezar a llegar al mercado doméstico este año.
Además, en general los proyectores siguen ofreciendo la mejor relación tamaño de diagonalprecio con respecto a los televisores. Una tele de más de 75 pulgadas incrementa considerable su precio obligándonos a optar por una gama más baja si nos queremos gastar una fortuna.
Por último tenemos el factor de sensación de inmersión en la película que consigue darnos un proyector con respecto a un televisor, aunque sea de gran formato. Es claramente superior pero no solo por el mayor tamaño, sino porque la luz nos llega de forma indirecta, reflejada en la pantalla, resultando para muchos usuarios más natural y produciendo menor fatiga visual que la ofrecida por los televisores.
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