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MINI PC’S LOW COST, ¿CÓMO ELEGIRLOS?

En los últimos meses hemos sido testigos de cómo la tecnología en el mundo de la informática evoluciona y va superando cada vez más las expectativas de los consumidores más críticos. Sin embargo, estos lanzamientos en componentes y configuraciones no son para todos los bolsillos y muchos son los que tienen que recurrir a configuraciones más baratas para poder llegar a montarse su propio equipo.


Aquí es donde entra en juego la nueva de tendencia de los mini Pcs low cost. Ya que muchos no habréis oído hablar de ellos, en este artículo abordaremos este tema y aclararemos si puede llegar a ser un equipo de calidad.


Estes tienen menor popularidad que los ordenadores portátiles y los de sobremesa, pero sin embargo se convierten en la mejor alternativa cuando necesitamos un ordenador de dimensiones reducidas. El miedo de muchos es que estos ordenadores resulten mucho menos potentes que los más comunes, sin embargo, pequeño no es sinónimo de poca potencia en todos los casos.


Tenemos la suerte de vivir ante un mercado que nos ofrece multitud de posibilidades y configuraciones posibles con componentes de todo tipo que nos ayudarán a llegar a conseguir un mini pc decente sin dejarnos todos nuestros ahorros.


¿Qué debemos valorar antes de comprar un mini PC?


Si comenzamos hablando de los tipos de mini Pcs que podemos encontrar en el mercado, hay tres tipos claramente diferenciados: los de torre de sobremesa de tamaño compacto, los stick parecidos a memorias USB y los barebones.


El formato más compacto, sin lugar a dudas, es el formato stick, además de ser el más asequible a nivel económico. Sus dimensiones y forma recuerdan a una memoria USB que se conecta a un periférico de salida que bien puede ser un monitor o televisor. Una ventaja es que consumen muy poca energía.


El opuesto al stick es el de tipo barebone, esto es, esqueletos con la placa base y algunos otros componentes sobre los que ir montando el resto del hardware que necesitaremos para que el ordenador funcione. La ventaja de este tipo de mini pc es que nos permite personalizar el hardware según sean nuestras necesidades. Una “desventaja” es que necesitamos tener nociones, al menos básicas, sobre como configurar y montar un ordenador. 


Entre estas dos propuestas se encuentran las mini torres comerciales, que tienen un precio más elevado que los sticks pero que pueden llegar a optar a configuraciones muy diversas y que pueden servirnos para diferentes usos, varios sistemas operativos y que ya vienen configuradas y listas para su uso.


Hablemos de hardware…


Siempre que nos vayamos a comprar un ordenador debemos tener claro el uso que le queremos dar, es basándonos en ello que elegiremos sus componentes. Según su uso elegiremos el procesador más adecuado, el almacenamiento, la gráfica, la memoria RAM y sabremos que puertos nos interesa tener.


Empezando por el almacenamiento, nos encontraremos con modelos con SDD de un coste más elevado en contraposición a los HDD con gran espacio de almacenamiento y menos precio. Lo malo de estos últimos es que son más lentos y limitados que los modelos con SDD.


La variedad de opciones en cuanto a procesadores para mini PCS acoge a los x86 Intel y AMD más habituales en los ordenadores portátiles y de sobremesa, pero también a las opciones con procesadores ARM, que suponen un bajada de rendimiento considerable pero con un menor consumo.


La memoria de los mini PCS utiliza módulos RAM y suelen tener 2 ranuras a lo máximo, por lo que será mejor invertir un poco más desde el principio para asegurarnos de tener cubiertas nuestras necesidades.


Los barebones son los únicos que permiten mayor variedad de modificaciones posteriores, por lo que si elegimos alguna de las otras dos opciones es mejor que tengamos muy claro lo que necesitamos y queremos desde el principio.


Si sabemos que vamos a utilizar nuestro mini equipo de un modo intensivo, metiéndole caña y dándole muchas horas de uso, es primordial que prestemos especial atención a la refrigeración y al sistema de control de la temperatura, sobre todo porque al ser un ordenador más reducido tendrá poco espacio para que el aire circule entre los componentes.


Un consejo es que si este es el caso, apuestes por cajas con rejilla y ranuras que ya de por si dejen pasar bien el aire, lo que hará tu equipo más eficiente energéticamente.


¿Qué uso le vamos a dar?


Por último debemos hablar del uso que le queremos dar a nuestro mini PC, ya que determina las características esenciales que deberá tener.


Si la idea es utilizar tu equipo con centro multimedia deberemos optar por un ordenador con mucho almacenamiento en el que poder guardar nuestro contenido, con un sonido y gráfica lo suficientemente buenas y que tenga puertos suficientes como para poder pasar contenido a otros dispositivos como memorias externas.


En el caso de tener claro que lo necesitamos es un set up potente con un alto rendimiento y contamos con los conocimientos necesarios, sin duda debemos optar con los barebone. 


Para los que buscan dedicarlo al gaming, es necesario conseguir procesadores y tarjetas gráficas dedicadas de alta potencia, al menos de unos 8GB de RAM y que tengan puertos suficientes para conectar accesorios como mandos o joysticks.


Sin embargo, si no tenemos muy claro el uso que le queremos dar a nuestro PC, será mejor que optemos por una configuración polivalente, por lo que si no nos vemos muy ajustados de presupuesto y seamos demasiado exigentes, es mejor hacernos con procesadores tipo los Ryzen o Core, de 8GB de RAM como mínimo y con opciones de almacenamiento, ya sean SSD o HDD. 

Publicado el en ORDENADORES
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